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Memorias de un reaccionario

“FUCK YOUR SELF!”

Me paseo por mi ciudad. Es la ciudad donde siempre viví. No la reconozco.
En el descampado donde quería ser Zabala, hay unos bloques de alto standing.
La puerta donde me guarecí, cuando los grises casi me muelen a palos por reaccionario, ahora es hermética como un cajero de La caixa. El viejo puerto, donde bese a mi mujer por primera vez, es un nido de discotecas. Los chiringitos de la playa donde celebramos el nacimiento de mi primer hijo, es arena para alemanes.
Regreso a casa compungido, han desaparecido los referentes de mis recuerdos, no se si estoy en mi ciudad, quizás yo no soy yo, quizas he perdido el juicio o, quizas, nunca lo tuve…. me mareo, me noto desorientado, perdido.
En ese estado, no veo como un ángel roza mi gabardina. Vuela sobre un patinete, sin alas, desnudo con sexo de varón, blanco como la leche, pelo blanco, ojos blancos, nalgas blancas. Regresa, me roza de nuevo, media vuelta, se impulsa, cruza más de 30 metros y, al final, zas! salta diez escalones, un grupo de jóvenes lo vitorea al caer sin caer del patín. Cámaras de video le filman. Un coche patrulla llega.
Ahí regresa de nuevo…..
- Fuck your self !–me dice amablemente al pasar-
Me siento en casa de nuevo.

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