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Memorias de un reaccionario

Regreso a casa

Regreso a Barcelona. Podría decir a casa, pero desde que me fui de Buenos Aires, hace ya tres años, no he vuelto a tener la agradable sensación de regresar a casa. Ya, antes de abrir la puerta, sospechaba lo que ocurriría: no la veo. Creo que una deformación muy común hoy, especialmente, por lo que conozco, en España, es recorrer las cosas, las personas, ´viendo´ más las cuestiones que los envuelven que la cuestión en si misma. Me explico: "me gustaría hacer obras en el piso….un gran estudio….me dedicare finalmente al arte?….no se…..y entonces?, no será mejor, teniendo en cuenta , además, la posibilidad, habida mi forma de vida, de alquilarlo…incluso venderlo…. -ansiedad creciente-….. mi hijo…esta viviendo en casa….hasta cuando?….. -crece la ansiedad-… cartas: aviso de pago de IBI: 1.600 euros, hostias!….además debo pagar a los asesores, al diseñador….en fin, es fácil comprender que a esas alturas las paredes de mi piso se asemejan mas a los códigos de la Matrix que al deleite del blanco sobre blanco que ofrece el sol de fines de invierno que entra por las balconadas.

Han eliminado mis referentes en la ciudad donde vivo. Me siento un extraño en mi ciudad. Siempre me ha parecido que la situación ideal es la de extranjero, al no disponer de referentes, de anclajes, de lastres –incluso-, uno se puede sentir más libre. Libre de tomar o no. Pero no es posible sentirse extranjero en la ciudad donde uno creció, por más que dinamiten todos los espacios. Es más, ahora no quedan los espacios, pero los recuerdos, que ocupan más que los espacios, no se pueden reflejar más que en lugares extraños. El aire no se renueva, y lo que no se renueva se pudre.

Hay dos cosas que se, que siento, ciertas en este momento: quiero compartir mi vida con mi mujer, me gusta la canción de Patty Smith que esta sonando: People have de Power.

3 comentarios

Francisca -

Sonrio y sonrio

Anónimo -

tu eres la luz del amanecer, la de primera hora de la mañana, fresca, limpia y dulce

Francisca -

Esta es una noche de insomnio, de desfase horario por los viajes. Vi amanecer a las seis, y me impresionó lo temprano que sale la luz. Un poco más tarde me asome al balcón, y me volvio a impresionar la cantidad de personas que hay en movimiento a estas horas. Como aún es temprano para ir a por croasans, decidi entretenerme. Y me encuentro con estas palabras escrita, tan alejadas de la piel donde las siento. Y verlas así, sobre la pantalla luminosa, hace que desee, más noches de insomnio.